La ciudad histórica se reconoce por haber sido una de las más dañadas durante los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial. Durante la guerra fría, el „muro de Berlín“ dividió Berlín en Berlín oriental y occidental.

La mejor manera de explorar Berlín es simplemente caminar y disfrutar del ambiente único. Una vez que esté aquí, no puede perderse la Puerta de Brandenburgo que abre el bulevar Unter den Linden, la antigua puerta de la ciudad y símbolo principal de Berlín, el Reichstag, el edificio del Parlamento alemán, con su espectacular cúpula de cristal nueva. Luego también están los monumentos dedicados a la historia moderna del país: el Monumento al Muro de Berlín, un monumento que recuerda a los que murieron o intentaron cruzar el muro, el área del Checkpoint Charlie, un punto de cruce entre Alemania Oriental y Occidental durante la Guerra Fría, o el Monumento a los judíos asesinados de Europa.

Ciudades como Múnich, el hogar de BMW con su famosa Marienplatz, una gran plaza abierta que lleva el nombre de Mariensaule, una columna de Marien en su centro, con el antiguo y el nuevo ayuntamiento, cuya torre contiene el Rathaus-Glockenspiel.

Dresden,es otra de las ciudades donde en su horizonte domina la Frauenkirche, el Palacio Zwinger y los mercados navideños más antiguos del mundo, Striezelmarkt, fundado en 1434.